domingo, 29 de agosto de 2010

Años, son como años, décadas, meses, milenios, segundos, mundos. Todo hay que decir de lo que has hecho, eres culpable de todo. Te incrimino, te castigo y de ahí no saldrás nunca, jamás de este anti-efímero mundo imaginario. No se pudo tomar mejor camino, ni elegir mejor pecado, No se pudo tomar con más hielo, ni elegir mejor sepa. Te castigo, arde en el infierno, que gracias al vaticano no existe. Incinerémonos juntos. Te invito a sufrir, te ordeno ser feliz pues vendrán Años y Mundos de experiencia.

lunes, 16 de agosto de 2010

Cuando la cotidianidad es borrada por cosas. Cuando una tormenta arrasa con todo alrededor del hogar, de nuestra cama. Me declaro incompetente, me dejaré arrastrar ¿o guiar?, no busco respuestas, solo mantenerme en pie acostado, con esa leve presión en las sienes constante por la intimidante infinidad de cosas, de aquellas que borran. Me pica, me pica el cuerpo con normalidad. Escucho crujir-silbar (o es otra sirena?), con suerte veo, y veo caer, no huelo, no lamo-saboreo. Aun así, Tú en mí siempre, trans… veces.
Ves jardines color rosa, disminuye el sonido del que late ante tan inmenso paisaje de cuento chino, con flores, sangre y hermosura. El viento juega con tu pelo, se te enredan pétalos de sakura. Tomas un té verde, te ríes con calma, es perfecto, vives bien, nadie muere, nadie vive, es el cielo, no tienes dudas, escurren pequeños arroyos con koi y león. Tus ojos siempre estuvieron cerrados, no necesitas ver, es perfecto, es perfecto. Sueña amada mía. Llegaré, irrumpiré. Será imperfecto, caótico, bello, será perfecto.
Disconforme empiezo conversaciones rutinarias, tomo el mando. Enrolo un pito. Bebo una cerveza. Dibujo. Te diviso. Nos envolvemos en seda. Felicidad.
            Creo que no sabes cuán grande es mi deseo de arder dentro de ti y quemar tu alma, dejarla como cenizas de billetes de alto valor, recién robados, recién hechos. Juro por dios y Dios, que haré notoria mi situación, melosa, apabullante, arrítmica, concreta.